La impunidad se refiere a la falta de consecuencias o castigos por acciones ilegales o inapropiadas. Cuando se permite que los responsables de actos delictivos o deshonestos escapen sin ningún castigo, se refuerza el mensaje de que es aceptable actuar de manera inapropiada sin consecuencias.
En el derecho internacional de los derechos humanos, se refiere a la imposibilidad de llevar a los violadores de los derechos humanos ante la justicia y, como tal, constituye en sí misma una negación a sus víctimas de su derecho a ser reparadas.
La impunidad es especialmente común en países que carecen de una tradición del imperio de la ley, sufren corrupción o tienen arraigados sistemas de mecenazgo político, o donde el poder judicial es débil o las fuerzas de seguridad están protegidas por jurisdicciones especiales o inmunidades. Por lo tanto, es importante promover la rendición de cuentas y la justicia para garantizar la integridad y la estabilidad de la sociedad.