Lo que fácil viene, fácil se va

Es un dicho popular que nos enseña que aquello logrado sin esfuerzo y sin valores, es efímero o pasajero.

Puede interpretarse en dos sentidos:

  1. Como una censura al facilismo, la tendencia a pretender obtener beneficios sin voluntad para el esfuerzo y el sacrificio. Este es su uso más extendido.
  2. Como una invitación a desconfiar de aquello que se ofrece de manera fácil, cuando normalmente aquel beneficio requiere de un cierto esfuerzo.

El facilismo que denuncia el refrán, se vuelve puerta que conduce a actitudes socialmente peligrosas como la corrupción moral y política.

El dicho contrapone el valor del esfuerzo bien direccionado y el trabajo honesto, frente al azar o la corrupción según el caso, cuyos bienes, por no tener fundamento, rápidamente se desvanecen.

La riqueza y otros beneficios mal habidos se diluyen o se esfuman por no tener sustancia.

El dicho funciona así como una advertencia o consejo a aquellos que tienden al facilismo o se enfrentan a propuestas dilemáticas, a fin de evitar que queden al descubierto y sean avergonzados.